Cogí la
maleta, vacía como no; partí no sé muy
bien hacia donde. Dando mil vueltas en mi cabeza, me di cuenta de que me había
perdido. Recorrí New York, fui a Hollywood; no tenía nada de lo que presumir,
nada con que impresionar; seguía perdido buscando la nada; algo que me hiciera
recuperar la cordura. Rumbo a Chicago, acabe en L.A., sacando dinero de aquí y
de allá. No era rico, ni quería, veía la pobreza en sus almas y me daban pena.
Wake up! Me dijo un vagabundo, cogí lo poco que tenia y pensé estoy loco, estaré
muerto en dos días de seguir así.
Acabe cruzando el charco, caí en Lisboa, rebote hasta Madrid pero vi que no era mi
sitio y me quise ir; no tenía un céntimo, robe unos zapatos y con suerte no me
pillaron sino me toca mi condena y la de todos los políticos que tienen en
libertad. Gire la cabeza y estaba en Soria, la cuidad de los poetas; quien lo
diría, hacia nada salía de entre los rascacielos. Salté a Asturias, necesitaba
ver al Rey Pelayo y respirar sus verdes “praos”, comer un plato “fabes” y
sentir las calles que me vieron crecer, allá en Avilés, puerto de pescadores. Decidí
que me iba a dejar llevar, confiando en un destino dudoso. Tropecé en Navarra y
¿allí me quede? No, soy yo, salte la frontera para posarme en Toulouse,
partiendo hacia Lyon, de ahí a Dijon, quise visitar la ciudad del amor, ya que
era pobre, quizás triunfaba en el amor. Saqué una foto con mi memoria de su
Torre Eiffel, también de la catedral de Notre dame. Bélgica y Alemania apenas
me vieron. Tire en picado hasta Suiza, apenas tres días y partí a recorrer
Italia.
Aun no sé muy bien como acabe en Roma, cuando
ya se me podía confundir con sus ruinas apareció mi salvación. Después de todo
aquí estoy; a las puertas del paraíso,nuevamente con pluma, papel y sentimiento.
Este ha sido mi viaje amigos, todo sin salirme del papel y enredado en mis
pensamientos, espero les guste mi regreso, aun con la duda de cuanto estaré
quieto, ya han visto mi historia, no me gusta estar parado.