Un abrazo un beso una mirada una palabra un
gesto…acciones tan cotidianas, tan irrelevantes en un principio. Tras todo este
tiempo se echan de menos. El camino por el que has ido lo desconozco, no sé si
será mejor o peor que este, solo sé que te desviaste del mío muy pronto.
No se acuerdan, a la gente ya se le ha olvidado, yo puede
que lo intente pero ya es un año. Quizás no recuerde la fecha fácilmente
pero no podré olvidar aquella llamada, aquella llamada de aquel maldito sábado. Miré quien era, según descolgué las palabras
me paralizaron, no lo quería creer. Colgué y apenas sabía qué hacer, no podía
reaccionar.
Muchas noches caigo en el error de pensar en ti, en tu
cara, en tus bromas, mientras miro tu fotografía guardada bajo llave en el
cajón de mi memoria; que, perezosa para unas cosas, no se olvidará fácilmente de ti, y mis ojos se
inundan de recuerdos muy buenos Ahora con estas líneas lucho por no
emborronarlas con otra más de todas las lágrimas que por ti ya derramé.
Hola Javier, has escrito una entrada preciosa y muy sentida.
ResponderEliminarSegún dice François Mauriac: "La muerte no nos roba los seres amados. Al contrario, nos los guarda y nos los inmortaliza en el recuerdo."
Un saludo y mis mejores deseos para ti y para todos los que tu quieres. 8)
Muchas gracias Dinora. :)
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