martes, 3 de abril de 2012

Día dos.


Un abrazo un beso una mirada una palabra un gesto…acciones tan cotidianas, tan irrelevantes en un principio. Tras todo este tiempo se echan de menos. El camino por el que has ido lo desconozco, no sé si será mejor o peor que este, solo sé que te desviaste del mío muy pronto.

No se acuerdan, a la gente ya se le ha olvidado, yo puede que lo intente pero ya es un año. Quizás no recuerde la fecha fácilmente pero  no podré  olvidar aquella llamada, aquella  llamada de aquel maldito sábado.  Miré quien era, según descolgué las palabras me paralizaron, no lo quería creer. Colgué y apenas sabía qué hacer, no podía reaccionar.

Muchas noches caigo en el error de pensar en ti, en tu cara, en tus bromas, mientras miro tu fotografía guardada bajo llave en el cajón de mi memoria; que, perezosa para unas cosas,  no se olvidará fácilmente de ti, y mis ojos se inundan de recuerdos muy buenos Ahora con estas líneas lucho por no emborronarlas con otra más de todas las lágrimas que por ti ya derramé.

 Aun me acuerdo de los momentos en los que yo no sabía o no podía hacer algo, te pedía ayuda y me contestabas: “Vale, pero no voy a estar siempre aquí” y no te creía, veía eso como algo muy lejano, como algo que a mí no me podría pasar, no lo tenía ni con mucho en mente pero con el tiempo, la vida me ha demostrado lo cabrona  traicionera y puta que es y cómo las cosas malas también pueden hacerse realidad, a menudo más fácilmente que las buenas. Estés donde estés, exista o no un cielo, por favor, nunca nos olvides. Ahora y siempre  me acordaré de ti, se te echa de menos.






2 comentarios:

  1. Hola Javier, has escrito una entrada preciosa y muy sentida.

    Según dice François Mauriac: "La muerte no nos roba los seres amados. Al contrario, nos los guarda y nos los inmortaliza en el recuerdo."

    Un saludo y mis mejores deseos para ti y para todos los que tu quieres. 8)

    ResponderEliminar