Humedad, frio, oscuridad, putrefacción…Eso era todo lo que mis sentidos podían percibir, no podía escuchar nada, no podía ni moverme porque estaba atada. Pensé que tal vez era solo una pesadilla, que realmente estaba dentro de mi cama, abrazada a mi almohada, eso era lo que deseaba, pero no fue así. Una puerta en esa habitación se abrió, apareció una, un monstruo con el rostro desfigurado como si se lo hubieran quemado, yo no me atrevía ni a respirar cuando me cogió del brazo y me levantó de un tirón. Apenas podía ponerle resistencia, no podía reaccionar, no podía hacer nada. El desfigurado me llevó por un pasillo largo, en penumbra, aparentemente parecía estar abandonado el edificio o por lo menos esa planta, no podía estar segura de nada porque aun estaba algo perdida, no sabía bien que me estaba pasando. Me cambió de habitación, de la que estaba encerrada me llevó a una habitación más amplia, con una camilla en medio, al lado de la camilla un carrito con utensilios médicos, o eso creo. El monstruo, sin hacer ni una sola mueca me tiró encima de la camilla, me separó los brazos y las piernas, después me las fijó firmemente con unas cadenas. Me rompió la camisa, los pantalones, todo. Después me empezó a torturar, me echó cera caliente por el pecho, con una cuchilla me izo cortes por los brazos y las piernas, seguidos de quemaduras, me puso un casco en la cabeza con unos tornillos, que poco a poco iba apretando hasta que me empezó a sangrar la cabeza…Así durante largas horas, hasta que finalmente, mi mente dejó de pensar, yo dejé de existir.
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