Una hoja en blanco, eso es lo que tengo delante, unas líneas por escribir, unas ideas, unos sentimientos por plasmar, pueden costarme menos o más, pero aunque suene extraño me cuesta verbalizar en viva voz.
Una hoja en blanco, el pergamino sin estrenar es uno de los miedos de un escritor, miedo a bloquearse, a no tener inspiración, o a repetirse tras varias entregas. En mi caso el mayor de los miedos es conseguir decir en poco papel todo lo que un alocado joven como yo puede pensar.
La hoja en blanco puede ser señal de no saber que decir o tener demasiado que contar a los demás, demasiado que describir, demasiadas cosas que se ven: Injusticia, muerte, hambre, dolor, guerra, miseria…un largo etc.
Cada texto que se escribe con cabeza puede tener mucha razón pero para mí cada línea que se escribe con el corazón tiene el poder de convencer, el poder de parar el mundo y decir “¡basta ya!”.
Una hoja en blanco puede ser el comienzo de una gran historia con un final lejano, comencemos a escribir en la nuestra.
Una hoja en blanco, el pergamino sin estrenar es uno de los miedos de un escritor, miedo a bloquearse, a no tener inspiración, o a repetirse tras varias entregas. En mi caso el mayor de los miedos es conseguir decir en poco papel todo lo que un alocado joven como yo puede pensar.
La hoja en blanco puede ser señal de no saber que decir o tener demasiado que contar a los demás, demasiado que describir, demasiadas cosas que se ven: Injusticia, muerte, hambre, dolor, guerra, miseria…un largo etc.
Cada texto que se escribe con cabeza puede tener mucha razón pero para mí cada línea que se escribe con el corazón tiene el poder de convencer, el poder de parar el mundo y decir “¡basta ya!”.
Una hoja en blanco puede ser el comienzo de una gran historia con un final lejano, comencemos a escribir en la nuestra.