Sinceramente no se qué escribir, los sentimientos se agolpan pero una oleada de incredulidad hacia lo sucedido asusta a mis palabras y desaparecen de mi mente para dejarme en un estado que no puedo describir. Todas las frases que pensé, las noches sin dormir, las líneas que plasmé no sirven para nada sin mi musa, mi fuente de inspiración, la única que es capaz de controlarme con tan solo una mirada, cada día, cada noche deseo mas y mas poder estar contigo. Necesitaría un milagro para poder olvidarte y me niego a hacerlo. Esto que estoy escribiendo no tiene ni pies ni cabeza, apenas se lo que estoy diciendo, solo sé que después de pensar y de que en mi cabeza la tristeza se mezclara con la reflexión necesito tenerte cerca, sentir tu calor, poder acariciar tu piel con la suavidad con la que el viento mece una rosa, tan delicadamente como la seda se posa sigilosamente en tu cuerpo. ¿Alguien sabe lo malo de todo esto? Que tan solo son palabras, palabras superfluas que se olvidan y se disipan como la arena que es soplada por el viento. Al final gracias a ti, mi musa, he conseguido escribir.
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